Barbie se esta convirtiendo en un éxito comercial fiel al estilo de su propia esencia, la versión cinematográfica se esta superando en las expectativas del público general y de la critica, la película basada en la famosa muñeca ya esta disponible en los cines del mundo.
Review – Alyssa Mora de IGN
¿Qué es alta, rubia y plástica por todas partes?
El tema de la que se perfila como la película del verano, por supuesto. Barbie es una montaña rusa hiperfemenina llena de giros tan emotivos como divertidos. La triunfante interpretación de Greta Gerwig de este icono escultural es una conmovedora imagen de la difícil transición de la niñez a la feminidad. Es una poderosa celebración de la feminidad, que reconoce sus contradicciones, sus alegrías, sus frustraciones, sus limitaciones y sus libertades.
Gerwig aporta matices al guión (coescrito con su socio personal y profesional, Noah Baumbach), que reverencia a nuestra mujer de Vitruvio, tan guapa y tan rosa, al tiempo que se muestra crítica con lo que ha llegado a simbolizar. Bajo la dirección de Gerwig, Barbies y Kens retozan bajo el cielo soleado de Barbieland. Es la casa de muñecas definitiva, el sueño que Mattel (el fabricante de Barbie dentro y fuera de la pantalla) ha vendido a los niños durante generaciones. Y es rosa. Nombra un tono y espera encontrarlo. ¿Salmón? Sí. ¿Rosa? Sí. ¿Caliente? Pregúntale a esa Barbie sol. ¿Milenial? ¿Qué sería de esta película sin ella? Pero mientras rebosa de posibilidades y emoción, la vida diaria de Barbie es un patrón que se repite, un ciclo perfecto que se completa con el gusanillo de Lizzo de la sintonía de la sitcom “Pink”. Es una ilusión de elección donde la única opción es la perfección uniforme.
Este es el quid de Barbieland. Las cosas son simplemente como deben ser. Las mujeres son médicos, periodistas, trabajadoras de la construcción, jueces del Tribunal Supremo, el presidente. Y Ken mientras tanto es, bueno, realmente sólo Ken. La producción de Sarah Greenwood
La historia de la muñeca BARBIE
Los ciclos de la vida y la edad son un tema importante en la película. En un momento conmovedor, Barbie se encuentra con una anciana en una parada de autobús y simplemente le dice: “eres preciosa”. Lo susurra con tanta reverencia, como si pronunciara una verdad cósmica sobre el milagro de envejecer. Vivir una vida de experiencia no se define por el número de trabajos que has tenido, sino por la marca de cada día que te levantas. Es un recordatorio de que Barbie es eternamente joven y, al mismo tiempo, mayor que muchos de nosotros.
Este es el poder de Gerwig: tomar un icono intemporal de la feminidad y recordarnos que tanto como ella nos definió, nosotros seguiremos definiéndola para siempre. En esta película hay un profundo convencimiento de que el feminismo capitalista que Barbie representa es intrínsecamente defectuoso: las mujeres no encontrarán la liberación únicamente a través de la excelencia profesional, no cuando sistemas enteros prosperan gracias a nuestra subyugación.
Rebosante de amor por una piedra angular de la cultura desde hace mucho tiempo, Barbie nos recuerda que hay una seguridad en la infancia que siempre perderemos inevitablemente. Es nostálgico y, por tanto, agridulce. Plantea una pregunta importante: Si la mujer que la sociedad toma como ejemplo también tiene miedos.
Barbie, de Greta Gerwig, es una exploración magistral de la feminidad y las presiones de la perfección. Esta montaña rusa hiperfemenina cuenta con un meticuloso diseño de producción, un reparto inmaculado y una profunda reverencia por la propia Barbie. Margot Robbie brilla en el centro de la película, junto al cabeza hueca Ken de Ryan Gosling y la bienintencionada Gloria de America Ferrera. En definitiva, Barbie es una entrada nueva, atrevida y muy rosa en el canon cinematográfico de la mayoría de edad. Ponte tu traje más rosa para ver esta película, pero asegúrate también de llevar pañuelos de papel.
@alex-martinez Fuente: Alyssa Mora – IGN