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Cambiar la vida de los niños y niñas víctimas de violencia sexual, un objetivo de La Fundación Los Pisingos

  • El ICBF otorgó a La Fundación Los Pisingos una licencia para brindar atención psicoterapéutica especializada a niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia sexual y sus familias, en ocho meses de ejecución del programa ya se han atendido 1.335 casos.
  • Según Medicina Legal, ocho de cada diez casos de violencia sexual son contra menores. En el 50 por ciento de los expedientes el agresor es un familiar o alguien cercano a la víctima. En estos tiempos de cuarentena es vital el cuidado de los niños en casa.
  • La Fundación los Pisingos en este periodo continúa atendiendo a los niños, niñas y adolescentes a través de teleconsulta.

Sofía, una pequeña de cinco años de edad, lamentablemente fue víctima de violencia sexual por parte de uno de sus familiares, a partir de este episodio la niña se ha mostrado introvertida, desconfiada de su entorno y retraída, esto fue tan traumático para ella como para Elisa, su madre, quien además de cargar con el dolor que le causaba la situación, debía enfrentarse a todo el proceso legal en contra del victimario y estaba al inicio de un largo camino por recorrer para ayudar a su hija a recuperarse sicológicamente. Muchas eran las preguntas que rondaban su cabeza ¿fue mi culpa al no estar más pendiente? ¿se hará justicia?, ¿Mi hija podrá recuperarse algún día?, ¿volverá a ser la niña feliz que era? ¿qué debo hacer para ayudarla? ¿cómo enfrento el temor de lo que viene?

Estas preguntas tuvieron respuesta cuando decidió buscar ayuda profesional en La Fundación Los Pisingos, allí se encontró con un programa especialmente diseñado para que casos como los de su hija tengan un nuevo rumbo.

“El objetivo del programa, primero que todo, es lograr la interrupción de la situación de maltrato  (si es que sigue ocurriendo) y que el niño pueda elaborar la experiencia abusiva, integrándola a su historia al darle un nuevo significado, en su gran mayoría la intervención es preventiva, para que el niño conozca los límites y lo que no puede permitir con su cuerpo, se orienta al reconocimiento de su red de apoyo en caso de riesgo, además, se realiza la labor de restablecimiento de derechos, revisamos cómo está la familia del niño respondiendo a sus necesidades, se identifica si son protectores o garantes de sus derechos, y si detectamos un riesgo alto, que no puede superarse con el acompañamiento a la familia, sugerimos otras medidas de protección como cambio de custodia”

Comenta Alejandra del Valle Pérez, Psicóloga de Pisingos.

La atención se divide en tres aspectos, el primero se aborda directamente con el niño, niña o adolescente y se evalúa la historia de vida, sus recursos, su autoestima, su proyecto de vida y capacidad de resiliencia. El segundo componente es familiar, en este se evalúa el ciclo vital, los cambios que se esperan, las conductas relacionadas con la situación victimizante. En el tercer componente se establecen cuáles son las medidas de protección, cómo escuchar a los niños, cómo acercarse a ellos y sus necesidades, cómo demostrarles afecto, adicionalmente se proponen actividades de esparcimiento al aire libre, eventos en la fundación, entre otros.

“Es posible que con la atención terapéutica el niño integre la experiencia violenta sin que esta defina su identidad y vida. Afortunadamente, está demostrado que el cerebro de los niños, al estar en desarrollo, aún tiene recursos y mecanismos para ajustarse y sobreponerse a situaciones de trauma, aunque es conveniente destacar que no en todos los casos de violencia se presentan síntomas asociados a trauma” afirma Alejandra del Valle Pérez, Psicóloga de Pisingos.

El mensaje es claro, la recuperación de un episodio de violencia sexual es posible si se suman esfuerzos entre la familia, los profesionales idóneos para tratar el caso y las autoridades competentes, primero para brindarle al menor un entorno seguro en el que se  garanticen sus derechos y sobre todo la no repetición del abuso, recuperar su confianza a través del amor y la protección. Es ahí donde Pisingos cumple un rol fundamental al apoyar el proceso de resignificación de la experiencia abusiva en el niño y fortalecer los recursos familiares y sociales para el bienestar psicosocial del niño.

“Uno de los logros destacados del programa que La Fundación Los Pisingos está ejecutando con éxito, es el desarrollo de actividades lúdico recreativas dirigidas a las familias, esto ha generado un impacto positivo en la adherencia al proceso, mejoramiento las relaciones intrafamiliares, reconocimiento de habilidades interpersonales, y promoción de la importancia del derecho de los niñas, niños y adolescentes a la recreación” concluye Alejandra del Valle Pérez, Psicóloga de Pisingos.

La Fundación Los Pisingos fue elegida entre 39 proyectos de diferentes regiones del país como ganadora del premio al Valor Social 2019 entregado por la Fundación Cepsa. El proyecto presentado se denominó “Apertura y adecuación de contenedores para servir con seis consultorios médicos ofreciendo a población vulnerable el programa de “Apoyo y fortalecimiento familiar, línea violencia sexual e intrafamiliar”. Este importante premio le permitirá a la Fundación ampliar la cobertura de atención a niños víctimas de violencia que como Sofía podrán tener una vida tranquila, segura y un óptimo desarrollo personal.

Durante la cuarentena:

La Fundación Los Pisingos tendrá habilitada una línea exclusiva para el restablecimiento de derechos de menores víctimas de violencia sexual, con el objetivo de ser el punto de contacto con el defensor de familia.  Las líneas de atención son 7448364 – 3203500608  o 3205631677 – 3105662497.

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