Juanes se presentó en Bogotá el pasado 01 de Julio para celebrar los 25 años del festival ‘Rock al Parque’
La noche fue inolvidable, el frío nunca podrá congelar los corazones ardientes de sentimientos entrañables, líricas poéticas que soportaron el paso del tiempo, el paso de los años que no perdona nuestro paso por esta vida, sin embargo, lo único que perdona el tiempo son los actos y legados altruistas que dejamos a los demás, actos que relatan nuestra historia.
Pocas cosas en la vida se rememoran con tanta emoción como la música, los géneros heredados por las personas quienes estuvieron a nuestro lado en momentos importante de nuestras vidas, son huella de nuestras marcas de situaciones, desamores, lazos creados, emociones encontradas, despedidas y bienvenidas, para los jóvenes que nacimos en los 90´s un género en particular se pegó a nuestro ADN, se mezcló con nuestra sangres se posiciono en nuestro imaginario, nos llenó el pecho de aire para cantarle a la luna estrofas de estridente energía.
Sin embargo, este género que se hizo tan nuestro, nos obligó a ser egoístas a olvidar que toda la música que se realiza es Arte que ningún género debe excluyente de ningún otro, que para construir canciones legendarias es necesario tomar partituras de varias vertientes ideológicas, ser un ladrón de historias y todos por la misma dinámica destructora entramos en el juego de la crítica, de olvidar que para que se diera origen al ROCK las voces y los sonidos tuvieron que reunirse en una plaza para aclamar por la libertad.
Como el mismo lo dijo, desde el año 1973 año en que nació, siempre estuvo preparado para subirse a este apoteósico escenario, y de repente se encontró allí al frente del monstruo de los 100 mil ojos, un monstruo que lo atormento los recientes años de su vida, que lo critico por buscar sus sueños, por tratar de llevar una tatuada en el corazón y tejida con las cuerdas de su guitarra, a pesar de su fortaleza se sintió intimidado, cerró sus ojos y se lazo al abismo inesperado del silencio.
De repente abrió sin mediar razón solo emociones 100 mil luciérnagas alumbraron el silencio y un eco celestial sobrepuso el cielo gris, su alma regocijada se sintió recargada, su corazón dio todo de sí para alimentar los deseos fugaces de los protagonistas ocultos de la noche, sus pensamientos estaban claros para dejarnos un mensaje a todos
“Esta violencia tiene que parar”, porque todos debemos entender que nacimos para hacer el bien a nuestros semejantes, porque somos los enemigos íntimos de la destrucción de nuestra sociedad”
Para finalizar toco uno de los acordes más representativos de una generación, jóvenes que sentimos inspiración en sus letras roqueras, la inolvidable obviedad de tener miedo al sentirse solo, pero la verdad nunca sentimos miedo porque las canciones están hechas para demostrarnos que solo podemos ver allá donde la luna es un horizonte más que alcanzar.
@citilennial